Para los que no han escuchado sobre ACTA, o no están seguros de que se trata, ACTA (del inglés Anti-Counterfeiting Trade Agreement, traducido como Acuerdo comercial anti-falsificación) es un acuerdo multilateral voluntario que propone fijar protección y respaldo a la propiedad intelectual para evitar la falsificación de bienes, los medicamentos genéricos y la piratería en el Internet.
De aprobarse mundialmente, esta ley obligaría a los proveedores de servicios de Internet a monitorear la data de sus usuarios en busca de personas que violen los derechos de autor sobre la propiedad intelectual. De ser hallados culpables, las personas que descarguen una canción o una película ilegalmente podrían encarar fuertes multas y hasta meses de prisión.
Inicialmente, el acuerdo fue firmado por Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur y Australia, sin embargo cuando la Organización Mundial del Comercio comenzó a presionar a la Unión Europea para que sus países miembros firmaran ACTA, miles de personas empezaron a protestar por considerar esta ley una violación al derecho de la libre expresión.
La presión que los ciudadanos europeos han puesto en sus parlamentarios ha comenzado a dar resultado. En el día de hoy, Alemania anunció que no firmaría ACTA. Con anterioridad Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Rumania se habían negado también a ratificar la ley. Ayer Bulgaria también anunció que no se sumaría al tratado.
Con la negación de todos estos países, es casi imposible que ACTA sea aprobada en Europa, y sin el respaldo de la Unión Europea, ACTA perdería todo su poder, ya que para que se implemente en su totalidad, los países signatarios deben comprometerse a colaborar entre sí en la persecución de quienes violen la ley.
Esperemos que en un corto tiempo, se anuncie oficialmente que ACTA ha muerto, tal y como sucedió con SOPA.
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